Extremadura continúa dando pasos firmes hacia una escuela más inclusiva, aunque persisten desafíos importantes. La implantación de la LOMLOE y medidas autonómicas como la creación de Aulas TEA, aulas abiertas y el refuerzo de programas como PROA+, Incluye o Conecta-2 están comenzando a transformar los centros educativos. Esta evolución también está teniendo un impacto directo y positivo en el alumnado con síndrome de Down, un colectivo vulnerable en el ámbito educativo.
Cambios reales en las aulas…
Uno de los avances más evidentes es la mayor atención individualizada que recibe el alumnado. La incorporación de más orientadores, docentes especialistas y de apoyo ha permitido mejorar la respuesta educativa al alumnado con necesidades educativas especiales, como el alumnado con síndrome de Down, especialmente en etapas como infantil y primaria.
También, se han reforzado los apoyos dentro del aula ordinaria, promoviendo, en muchos centros, que el alumnado con necesidades educativas especiales permanezca en entornos inclusivos. Esto favorece no solo el aprendizaje, sino también el desarrollo emocional y social, reforzando su participación en la vida del centro.
Gracias a proyectos como Incluye o las aulas abiertas, se están creando ambientes flexibles y colaborativos, con ajustes curriculares y materiales accesibles, empleando la lectura fácil y los apoyos visuales, fundamentales para el acceso al aprendizaje del alumnado con síndrome de Down.
Además, iniciativas como Conecta-2 facilitan tiempos y espacios de atención más personalizados, permitiendo adaptar el ritmo y los contenidos a las necesidades concretas de cada alumno y alumna.
Camino aún por recorrer…
Pese a estos avances, la inclusión sigue enfrentando retos:
- Falta de formación específica del profesorado en metodologías inclusivas, lectura fácil, apoyos visuales y accesibilidad cognitiva.
- Desigualdades entre centros, ya que no todos cuentan con los mismos recursos, lo que afecta directamente al alumnado más vulnerable.
- Exceso de carga burocrática y falta de coordinación, lo que dificulta una respuesta educativa ágil y centrada en el alumnado.
El papel desde las asociaciones…
En este proceso, cobra especial relevancia el trabajo coordinado entre centros educativos y entidades sociales. Nuestra asociación, a través de su servicio de Educación, está desempeñando un papel fundamental al acompañar al profesorado en la atención al alumnado con Síndrome de Down gracias al apoyo económico de organismos como La Excma. Diputación Provincial de Cáceres y Fundación Valhondo.
Nuestra asesora educativa colabora con los centros en la orientación pedagógica, la adaptación de materiales y el diseño de estrategias de inclusión, asegurando que las necesidades reales del alumnado con Síndrome de Down estén cubiertas y que su presencia en el aula se traduzca en participación.
Hacia una inclusión real …
La normativa educativa y las iniciativas en marcha representan una buena oportunidad para avanzar hacia una educación más equitativa en Extremadura.
No obstante, la inclusión no puede depender únicamente de programas concretos o medidas puntuales. Hace falta una apuesta sostenida por la formación del profesorado, la dotación equitativa de recursos y, sobre todo, una cultura escolar que valore la diversidad como una riqueza.
Porque la verdadera inclusión se da cuando cada aula se convierte en un espacio donde todo el alumnado —con y sin discapacidad— aprende, participa y se siente parte del grupo. Solo así construiremos una escuela que no deje a nadie atrás.